Tu mirada perdida, distante
Tu alma apagada
Cada día envuelve más tristeza.
Tu espíritu que se consume con tal lentitud
Que te quema las ansias de vivir
Y evapora las ganas de luchar.
Tan bonitos ojos tienes
Más no lo es estando dentro de ellos
No se encuentra nada más que
Una profunda oscuridad
Y un eterno vacío
Lamento nunca haber
podido verte
realmente feliz,
Que de tu boca salieran
dulces palabras exclamando hija
y yo haber aprendido de tí a llamarte mamá.
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