13.7.08

Escapando

Complicada misión. Siendo humanos buscamos la forma de escapar. No de quienes puedan hacernos daño, no de lo que nos hará mal, sino de lo que verdaderamente nos aterra: nuestros pensamientos. Tan oscuros... especialmente en los momentos en los que nos encontramos en soledad... empezamos a difrutar del silencio cuando de pronto nuestra mente nos encuentra y empieza a perseguirnos durante toda nuestra existencia. Nosotros, pobres humanos aterrados, buscamos la manera de no quedarnos con nuestra mente... de escapar de todo lo que ella pueda decirnos, de la verdad, de que pueda tener razón y que estamos verdaderamente desquiciados siguiendo nuestros impulsos sin siquiera racionalizar las causas ni consecuencias de nuestras acciones.

Temor... maldito temor... te habla, te dice que recuerdes, que termines todos los asuntos pendientes que has dejado con ella... con tu alma y tú qué haces? Te refugias en la vida moderna... en el ajetreo del día a día y te ocupas tanto que te las has ingeniado para no dejar ni un segundo viable para entrar en contacto con tu interior... y luego te preguntas porqué te asecha no?

Somos unos cobardes, unos egoístas... TODA LA RAZA HUMANA ENTERA!!! nos preocupamos por ocuparnos para olvidar, porque recordar nos duele, nos da un miedo fatal porque dar rienda suelta a nuestra alma y corazón significaría perder el control de lo que para nosotros está controlado, está "civilizado". Tan engañados nos encontramos que no nos damos cuenta que esconder nuestros pensamientos es tal y como si escondieramos la basura que barremos bajo la alfombra de la sala.

Ridículamente caemos en la creencia de que podemos controlar nuestra existencia. Y ve, qué sorpresa... llega el momento en el cual nos volvemos a descalabrar y nos damos cuenta que no somos más que líquido... totalmente manejable, moldeable, que se adapta a todo lo que se preste para contenerlo. No por nada estamos formados por un poco más del 50% de agua. Nuestra existencia es similar. Nos adaptamos a lo que nos viene y no buscamos lo que en verdad debemos conseguir o lograr.

No comprendemos porque no se calla y comienza a atacarnos de nuevo. Con recuerdos, ideas, sentimientos nos atormentamos. No porque no debamos componer todo el desastre... sino porque da mucho miedo descubrir la verdad.

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